El Peñón está de vuelta en Aguascalientes
Con la mira puesta en fortalecer uno de los departamentos más estratégicos del club, la directiva de los Rieleros de Aguascalientes reafirmó su compromiso por consolidar un cuerpo de pitcheo competitivo de cara a la temporada 2026 de la Liga Mexicana de Beisbol. Como parte de esta visión, la organización anunció la llegada del lanzador Ulises Joaquín, conocido en el circuito como “El Peñón”, un brazo de experiencia y carácter que se integra al proyecto hidrocálido para aportar solidez en las entradas cruciales.
La directiva destacó que este movimiento forma parte de una planificación integral que busca dotar al equipo de mayor profundidad, equilibrio y fiabilidad en el bullpen, uno de los ejes prioritarios para la próxima campaña. Joaquín, reconocido por su potencia y su habilidad para trabajar bajo presión, representa un refuerzo de alto impacto dentro de la reconfiguración del staff de lanzadores.
Durante su primera estancia en Aguascalientes, Ulises Joaquín “El Peñón” dejó una impresión sólida dentro del staff de pitcheo, ganándose la confianza del cuerpo técnico gracias a su presencia en el montículo y su capacidad para responder en situaciones de alta exigencia.
Su estilo agresivo, marcado por un comando firme y una bola rápida que constantemente retaba a los bateadores, lo convirtió en una pieza importante para los Rieleros de Aguascalientes durante los momentos clave de la campaña.
Más allá de sus números, “El Peñón” se distinguió por su actitud competitiva, su disciplina y su rápida adaptación al vestidor hidrocálido, cualidades que le permitieron conectar con la afición y consolidar un vínculo que hoy facilita su regreso a la organización.
Su nueva incorporación no solo representa el retorno de un brazo confiable, sino también de un jugador que conoce la plaza, la exigencia del club y la identidad que caracteriza a la Máquina.
La trayectoria invernal de Joaquín en la Liga de Béisbol Profesional de la República Dominicana (LIDOM) ha sido un pilar fundamental en su desarrollo como lanzador. En uno de los circuitos más exigentes del Caribe, enfrentó lineups profundos y un calendario de alta intensidad que demandó precisión, temple y capacidad de ajuste constante.
Su participación en este ambiente competitivo no solo le permitió perfeccionar su comando y diversificar sus pitcheos, sino también adquirir una mentalidad de cerrador capaz de trabajar bajo presión, característica que hoy se refleja en su madurez sobre el montículo.
La experiencia acumulada en la pelota dominicana —donde cada juego tiene atmósfera de playoff— fortaleció su perfil como relevista confiable y explica en gran medida el impacto que se espera de él en su regreso a la Liga Mexicana de Beisbol.